En la actualidad, la central Alto Baguales, ubicada en la región de Aysén, inyecta 2 MW al Sistema Eléctrico de Aysén, que abastece a 19.000 familias.
Han pasado 12 años desde que el Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, por encargo de la Corporación de Fomento de la Producción, Corfo, realizó el único estudio oficial que grafica la potencialidad eólica del país, el que luego fue mejorado en 2003 por petición de la Comisión Nacional de Energía (CNE).
Dicha investigación recopiló una serie de datos sobre vientos entregados por las diferentes estaciones meteorológicas existentes en el país, los que se utilizaron para construir el primer mapa de los vientos en Chile.
Los resultados sirvieron para conocer cuáles son los puntos estratégicos para llevar a cabo proyectos eólicos en el país, determinándose que las costas de Chile poseen grandes recursos de viento, los que varían en intensidad, entre 6 metros por segundo en la zona norte y central, hasta 9 metros por segundo en la zona de Magallanes.
Actualmente, sólo hay un proyecto en operación en Chile: Alto Baguales, que cuenta con tres aerogeneradores (o molinos) con una potencia de 660 kilowatts (KW) cada uno, los que en conjunto tienen una capacidad de 2 megawatts (MW). De propiedad de la Empresa Eléctrica de Aysén, la central está ubicada 4 kilómetros al norte de Coyhaique, en la Undécima Región, y desde noviembre de 2001 se encuentra conectada al Sistema Eléctrico de Aysén, que abastece a 19.000 familias.
No obstante, la potencialidad de este tipo de energía avanza más rápido que el mismo viento y en carpeta ya existen proyectos que a partir de 2008 aportarán 165 MW al país.
El primero de ellos es el Parque Eólico Lautaro, ubicado en Coronel, Octava Región, el que contará con una capacidad de 60 MW. La iniciativa tiene un costo de 56 millones de dólares y se encuentra en construcción para comenzar a operar en 2008, aunque se espera que un año antes, un 60% ó 70% ya esté funcionando. La central podría ser operada directamente por las cementeras Biobío o Polpaico, las que cuentan con instalaciones en la zona.
Un segundo proyecto es el Parque Eólico Nueva Mejillones en la Segunda Región, el que cuenta con tres etapas. La primera con una capacidad instalada de 105 MW, los que entrarán al Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) a finales de 2008 con una inversión de 103 millones de dólares. La segunda etapa inyectará 180 MW adicionales en 2009 y la última fase aportará 230 MW más en 2012. De esta forma, cuando la central esté concluida en su totalidad generará 515 MW, los que podrían ser operados por una minera de la zona.
Desde que sopla el viento
Las primeras aplicaciones de la energía eólica o del viento fueron la impulsión de embarcaciones, la molienda de granos y el bombeo de agua, pero sólo hacia finales del siglo XIX se comenzó a utilizar para generar energía eléctrica.
Actualmente, las turbinas eólicas convierten la energía cinética del viento en electricidad por medio de aspas o hélices que hacen girar un eje central conectado, a través de una serie de engranajes, a un generador eléctrico.
Este tipo de energía posee varias ventajas respecto a otras opciones para la generación de electricidad, entre las que se cuentan la reducción de la dependencia de combustibles fósiles, los que tienen otros usos más importantes y constituyen un recurso no renovable; y el que no contaminan la atmósfera ni el agua. Además, el tiempo de construcción de una central eólica es mucho menor que el de otras centrales eléctricas, y como se trata de plantas modulares, resultan más convenientes cuando se requiere tiempo de respuesta de crecimiento rápido.
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